sábado, 1 de agosto de 2009

EL ESCRITOR DE LO INVISIBLE Y LA INOCENCIA



La desaparición de Antoine de Saint-Exupéry en el Meditarráneo cumplió 65 años el pasado jueves 30 de julio. Este escritor francés nacido en 1900 es recordado todavía por su obra El Principito.

El director del programa de Comunicación Social-Periodismo de la UCPR, Wilmar Vera, opina al Centro por el Desarrollo Humano y la paz CEDHUPAZ- UCPR sobre los textos del autor, cómo abordaba la guerra, el tema de la inocencia, de comprender el mundo y el papel que juegan sus creaciones y temáticas hoy en día.

¿Cuál es la relación de Saint-Exupéry con la guerra?

W.V.: En su libro Piloto de Guerra el autor habla acerca de su experiencia como piloto militar, se muestra como un pacifista y señala la guerra como algo inútil que produce el hombre. En la guerra es donde más se pierde la inocencia, la niñez.

El hablaba más bien de un canto al pacifismo, de que los seres humanos somos más hermanos que enemigos. En esa época el mundo estaba inmerso en una de las peores guerras de la historia (II Guerra Mundial), la gente no podía comprender bien lo que planteaba.


Antoine de Saint-Exupéry es muy recordado por El Principito. ¿Con qué puede encontrarse el lector hoy al abordarlo?

W.V.: Hay que ver que más que escribir un libro para niños, él se dirige también a los adultos. Nos recuerda que en la adultez se deben ver las maravillas de la vida en las cosas simples y pequeñas. El Principito se interesaba en tener amigos y conocer el mundo. Cuando el hombre va creciendo quiere hacer cosas de adultos y se va olvidando qué es ser niño.


¿Cómo puede compararse la obra de este autor con los libros de superación personal?

W.V.: Aunque algunos escritores de este tipo como Cohelo, intenten dar una respuesta a las grandes preguntas de la vida, “lo esencial es lo invisible para los ojos” como dice El Principito.

Los textos de superación responden a una fórmula, porque pretenden venderle a uno que las grandes respuestas a los problemas se solucionan con pautas, en un manual o en cinco pasos. La vida es más compleja, es impredecible y no puede comprenderse así. Eso sí es una buena receta, ¡claro! pero para volverse rico el autor.

Antoine no hace recomendaciones, simplemente le recuerda a uno que debe dejarse sorprender por el mundo, y no sencillamente caer en la aburrida monotonía de los adultos.


¿Y con relación a la literatura infantil?

W.V.: Frente a este tipo de literatura, una obra como El Principito siempre será atemporal, porque en algún momento todos los adultos habremos pasado por niños, y los niños seguirán con los mismos sueños, inquietudes y problemas con los adultos.

Es bueno que existan libros que lleven a los pequeños a leer. Los colombianos sólo leen en promedio un libro al año. Lo que hay que procurar es que desde los colegios se lean libros que verdaderamente instruyan. La literatura es para disfrutarla y enseñar. Con Harry Potter los niños en Inglaterra volvieron a la lectura, pero queda la pregunta: ¿qué tan conveniente es la aventura de un brujo para un niño que está empezando en la literatura?

Hacen falta más escritores como él: que sepan leer el alma de los niños que esconden los adultos.

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