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Por: Daniel Suárez Pérez*
Las restricciones de Ecuador a 1.346 productos exportados por Colombia a partir del pasado lunes, hacen que además de las relaciones políticas, las comerciales también empiecen a pender de un hilo. El ministro colombiano de Comercio, Luis Guillermo Plata, sostiene su posición de calificar la medida como ilegal, mientras el gobierno ecuatoriano defiende el anuncio asegurando que la depreciación del peso colombiano ha generado un déficit en su balanza comercial. Ambos coinciden en negociar la situación a través de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
El economista Armando A. Gil Ospina, profesor del programa de Economía, de la Universidad Católica Popular del Risaralda, opinó sobre el tema a través de una entrevista al Centro por el Desarrollo Humano y la Paz (CEDHUPAZ) adscrito a la Rectoría de esta universidad.
Cedhupaz: El gobierno ecuatoriano señala como origen de la medida la depreciación del peso colombiano ¿qué otros factores deberían considerarse como causantes de esta decisión?
Armando Gil: Yo creo por el contrario, que lo que se evidencia es un proceso sostenido de revaluación del peso; por ello, los factores que mejor determinan esta crisis son más de orden político, ideológico y geoestratégico.
C.: Se puede afirmar que las restricciones que anunció Ecuador hacen parte de los problemas en las relaciones políticas entre ambos países hace varios meses ¿Además de la vía política existe otra forma de darle solución a la situación comercial?
A.G.: Así lo creo. Pienso que las acciones comerciales emprendidas recientemente por el Presidente Correa hacia Colombia, obedecen principalmente, a consideraciones de orden político e ideológico, en aras de consolidar la imagen que ha venido construyendo a lo largo de su mandato y, específicamente, a raíz de los consabidos hechos ocurridos el año anterior (Operación Fénix). El asunto además de los matices ideológicos tiene algo de personal, antes que lo económico y comercial propiamente.
La vía política si bien es compleja, todavía no se ha agotado. La CAN es un espacio jurídico legítimo para zanjar esas decisiones unilaterales en el contexto regional; sin embargo, OIC es una instancia que podría mediar en esta situación. Se podría alcanzar en corto tiempo un arreglo racional y razonable si se cuenta con la voluntad política y la actitud de diálogo entre ambos gobernantes; incluso, una pronta solución a la crisis diplomática se podría dar por el sólo cambio presidencial en alguno de los dos países.
C.: Desde su análisis de la situación ¿cuánto tiempo tardarían ambos países en reestablecer las relaciones comerciales?
A.G: Alrededor del anuncio de Ecuador las opiniones internas son contrarias. Mientras el presidente de la ANDI está de acuerdo con que el gobierno colombiano tome medidas de retaliación contra Ecuador, el presidente de ANALDEX considera lo contrario; así pues, se avizora un panorama bastante oscuro en cuanto a una posible y pronta solución al conflicto diplomático.
Además, a pesar de que el gobierno colombiano se muestra más conciliador y dispuesto al diálogo para zanjar el conflicto rápidamente, el ecuatoriano parece “endurecer” cada vez más su posición e intransigencia.
C.: Los medios publicaron que se afectan alrededor del 40 por ciento de las exportaciones colombianas a ese país ¿cuáles son los inconvenientes para Ecuador?
A.G.: Ambos países se ven afectados en cuanto a la generación de ingresos, empleos, expansión comercial y bienestar de los consumidores en ambos territorios. La balanza comercial ecuatoriana ha sido deficitaria desde el año 2007 respecto a la de Colombia; de este modo es probable que se piense compensar la suspensión del intercambio comercial colombiano con otros “países aliados” y ello le implique a la nación ecuatoriana mayores costos económicos - transacciones, transporte, calidad-, políticos, entre otros.
C.: Si Ecuador mantiene su posición por mucho tiempo ¿cuáles deberían ser las opciones que debería buscar el comercio colombiano para mantener el nivel de exportaciones?
A.G.: Considero que surgen dos tipos de alternativas: unas de corto plazo (coyunturales) y otras de largo plazo (estructurales). Las primeras implican aumentar el intercambio comercial con países de la región con gobiernos que muestren la voluntad de contribuir, en alguna medida, con la solución del problema; podría pensarse en incrementar el intercambio con los Estados Unidos, al margen del TLC. Las segundas exigen procurar convenios con la Unión Europea y el Asia del Pacífico.
De todos modos, si bien las exportaciones colombianas al Ecuador son importantes, no tienen un peso relativo de gran significancia en el total de las exportaciones nacionales.
Tel. 3127013. Rectoría UCPR
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